En Viña del Mar, Camila, camarógrafa que perdió la movilidad de sus brazos por exceso de trabajo, atraviesa un proceso de recuperación física y emocional. Durante esta pausa creativa, conoce a Luis Abarca, un escultor que ha convertido el juego y el arte en su forma de vida. Inspirada por su visión, ambos exploran nuevas expresiones a través de puestas en escena y trucos de cine, descubriendo en el arte un refugio y un espacio de sanación compartida.
El arte de perder el tiempo
