Jean, un migrante haitiano en Chile, es valorado en todos los trabajos en los que se desempeña: es un obrero ejemplar y un modelo de belleza clásica en una escuela de arte. En el sistema de salud pública, también es un paciente prototípico. Su cuerpo representa todos los valores clásicos de la academia. Sin embargo, en el anonimato de su existencia, es también un canon de la marginalidad.